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miércoles, 31 de agosto de 2011

Sin título

por Javier de Alba Solís

Mucho se ha dicho de la crisis que tuvo comienzo a finales del 2007 y por lo que se puede observar nunca tuvo realmente un fin, o una recuperación entre las economías hegemónicas, aquellas que a pesar de todo, son las que arrastran al resto del mundo hacia el crecimiento o hacia la recensión. Sin embargo el problema siempre regresa a lo mismo, un problema de carácter estructural.

Por un lado tenemos un problema originado por mercados especulativos volátiles y dudosos, en donde la buena fe (o los deseos desenfrenados por obtener un beneficio) de los compradores de bonos hace que estos pierdan su sustento al generar una burbuja especulativa, es decir, su desenfrenada demanda genera presiones en el mercado el cual al ajustarse incrementa sus precios, alejándose de aquel mecanismo de producción y consumo que da valor a los bonos, en pocas palabras podemos decir que el hombre se vio claramente enajenado por el juego de poseer los tan hablados bonos, que olvido cual era el verdadero valor que estos tenían. Este fenómeno me recuerda al mismo incidente sucedido en Alemania en la primera mitad del siglo XVII, en lo que se conoce como la “tulip-mania”, donde el mercado de tulipanes alcanzo niveles estratosféricos y súbitamente cayo, llevando a la quiebra a miles de personas.

Uno pensaría que hemos aprendido lo suficiente sobre el mercado en casi 400 años sin embargo no fue así, y la pasión, aquel inalienable derroche de intuición, falto de razón propio del hombre, gano nuevamente, pero ¿qué seria el hombre sin aquel sentir? ¿Que seria del hombre si se condujera estrictamente de manera calculadora y fría? Esto nos lleva a otra cuestión, por perfectible que pueda ser un modelo, este no logra adecuar en si tantas variables exógenas como lo es cada individuo, por lo que este se mantiene al margen asumiendo comportamientos homogéneos, razonables y de buena fe. Sin embargo, cuando deliberadamente se obra con dolo, el sistema se paraliza y se contrae. En este caso este fue el papel que tuvieron las calificadoras, al mentir deliberadamente sobre la calificación que tenían los bonos, hecho el cual todos pasaron por alto sin mayor atención. Surge la duda, ¿Este fue el único acto éticamente reprochable que surgió en el desenvolvimiento del sistema?

Por un lado se encuentran las personas con bajos niveles de ingreso, los cuales ocupan créditos de manera negligente y como si fueran una extensión de su sueldo, en condiciones de equilibrio este sistema es optimo ya que incentiva el consumo y eleva los niveles de demanda efectiva, Keynes estaría muy orgulloso de esta política, sin embargo es muy endeble ya que si todo lo que se posee se debe, un pequeño rezago en el salario, por cuestiones circunstanciales en las fluctuaciones de una economía, o por temporalidades, hacen que la deuda sea impagable. Volviendo los intereses un monstruo que termina valiendo mas que el mismo producto, volviendo al hombre esclavo de su propia deuda.

Entregar créditos a personas bajo estas circunstancias es como darles financieramente cicuta durante el desayuno. Sin embargo la institución financiera, más grande que el hombre mismo, no entiende de ética sino de beneficio.

El sistema, con tal de mantenerse erguido nos dicta sus exigencias, sin embargo ¿donde esta el hombre ético capaz de ver las consecuencias?



martes, 30 de agosto de 2011

El rescate financiero, ¿A quién rescató?


por Sandra Velasco Olmos

Tras la quiebra de los principales bancos e hipotecarias de Estados Unidos a partir de 2008, el gobierno implementó un millonario rescate bancario que alcanzó la suma de un billón de dólares, a pesar de que el Congreso había aprobado para tal fin la cantidad de 700 mil millones de dólares, debido a que  el “Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP)” llevó a cabo la compra de  las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, además de la compra de activos tóxicos, que son la cartera de deudas incobrables de los bancos, ya que de no hacerlo más instituciones pudieron ir a la quiebra y se habrían perdido los ahorros de miles de ahorradores más. 

El rescate subsanó a 24 bancos y aproximadamente a 1800 instituciones que cotizan en bolsa, el Tesoro compró más de 100 mil millones en acciones preferenciales de AIG, Chrysler y GM, pero el colapso fue inevitable, ya que la bolsa se desplomó casi un 40% debido a la incertidumbre que provocó la noticia de la quiebra bancaria, y como era de esperarse, surgió el efecto dominó, llevando a la caída de los precios de las viviendas, el incremento de los precios de bienes y servicios básicos, y el aumento en la tasas de desempleo ha pasado del 4.8% hasta el 9.6%, dejando a millones de personas en la calle y con un futuro incierto. Y, ¿acaso fue correcta la acción que emprendió el gobierno de Estados Unidos? Sabemos que amortiguó la caída de la economía Estadounidense y el resto del mundo, pero lamentablemente las consecuencias no las han pagado los únicos y verdaderos responsables: los empresarios y banqueros, que actuaron irresponsablemente creando la burbuja financiera con sus operaciones especulativas, y que por si fuera poco, a pesar de la situación que atraviesa la economía, siguen cobrando sueldos millonarios y viviendo en la opulencia (aún cuando se había acordado que se les limitaría el pago a los altos ejecutivos), entonces, lo que estaba en quiebra eran sus empresas y sus bancos, no ellos, y encima, el rescate también fue para ellos y lo peor es que dejaron la responsabilidad al gobierno y a la población, que ha tenido que pagar el rescate a través de su trabajo y sus impuestos.  Pero se puede decir que una parte del rescate ha traído algo bueno después de 3 años, a principios de 2010, cuando la economía comenzó a tener una ligera recuperación, el rescate que se ejecutó a través de la compra de acciones de los principales grupos financieros (Citigroup y Bank of América) ha tenido ganancias de 67 mil millones en 2010, lo que ha pagado casi por completo a los contribuyentes lo que se les otorgó a estas empresas , a demás, el Presidente Barack Obama propuso implementar impuestos a los bancos hasta por 90 mil millones de dólares anuales lo que ha ayudado a reducir el déficit en más de 80 mil millones.


Finalmente pensaríamos que los culpables van a pagar, pero, y la gente que se quedó sin vivienda, sin empleo, sin alimento… ¿a ellos quién les pagará?, ¿quién les devolverá sus viviendas, sus empleos y la vida que llevaban antes de la tragedia?, pues a pesar de estos más de tres años, muchos de ellos siguen viviendo en la incertidumbre, y lo peor de todo, es que la economía no ha podido recuperarse por completo y nos tememos una próxima recesión, ya que en los últimos días hemos visto la caída de las principales bolsas bursátiles alrededor del mundo, creando un clima de temor ante el futuro.


domingo, 28 de agosto de 2011

¿Qué generó la crisis, la falta de frugalidad de los paupérrimos o la avaricia de los pudientes?

por Mónica Gónzalez Morales

La demanda, fuente del crecimiento económico de un país, estimula la producción y dinamiza la economía; por tanto, según J.Maynard Keynes, entre más consumista sea el individuo mejor, pero ¿qué tan benéfico es el incremento de la demanda? ¿realmente ser consumista es benéfico para un país?

El consumo humano en bienes y servicios es parte fundamental del desarrollo humano, si vendes tu fuerza de trabajo tendrás un ingreso con el cual mantener estas necesidades; ¿realmente los salarios captados por la población son suficientes para cubrir todas la necesidades? pensemos en primer termino en la brecha tan grande que existe entre los ingresos de la masa asalariada y los empresarios, burócratas, banqueros etc, tan solo en 2009 la revista Forbes dio a conocer que Bill Gates tenia una fortuna de 40,000 millones de dólares americanos, mientras que el salario mínimo mensual para la base trabajadora de Estados Unidos en 2009 fue de aprox. 1,740 dólares americanos, en segundo termino la población desempleada que no percibe ingresos, ¿Quién cubrirá las necesidades de los asalariados y desempleados? ¿Quien saciara el hambre desmedía de ganancia? La respuesta a ello fue el crédito hipotecario, que por una parte dio benefició a la población sin poder adquisitivo y grandes necesidades básicas como la posesión de una vivienda y por otra sacio el hambre de ganancia de los de arriba, dado lo anterior, se reparten créditos hipotecarios “Hipotecas suprime” a personas sin ingresos e ingresos bajos y el resultado fue: la creación de un gran ejercito ninja preparado para saciar el hambre del empresario, banquero y especulador, pero como era de esperarse, a largo plazo estas deudas se volverían impagables por lo ninjas dado su bajo o nulo poder adquisitivo. ¿El gran problema entonces fue los créditos ninja?

La respuesta es no, el gran problema fue el hambre desmedida de beneficios por los empresarios, banqueros y especuladores, los bancos quienes en el afán de no tener perdidas por el incumplimiento de los ninja y obtener ganancias de manera exponencial venden a Wall Street las hipotecas y estos empaquetan los créditos hipotecarios riesgosos (que representaba solo en 2002 el 7% y en el 2007 el 12.5% de los créditos hipotecarios) con créditos menos riesgosos, creado “activos tóxicos inflados revueltos” que proporcionarían supuestamente grandes rendimientos a corto plazo dado que el valor de las hipotecas siempre es exponencial, esto aunado a la globalización se adquieren a nivel mundial dichos activos que por el riesgo en sus entrañas reflejado en la falta de ganancias esperadas desencadenarían un efecto contagioso y dañino para todos aquellos que los adquirieron, y como en estos rubros las ganancias se privatizan y las perdidas se socializan, desemboca en crisis en la cual no todos pierden por igual y menos los que impulsaron el quiebre de la economía por ejemplo Lemand Brothers que al declararse en quiebra desencadenó la crisis de confianza dejando a todos los mercados financieros del mundo atónitos, y el presidente de la firma Richard full quien tenia un sueldo de 15 mil euros la hora se retira con una indemnización 53 mil millones de dólares mientras que aquellos ninja se quedaron sin casa y con deudas adquiridas para pagar las letras e intereses de las mismas y peor aun aquellas personas que contaba con el plan de retiro 401k (que se encuentra atado a los mercados bursátiles y por tanto perdió su valor) se encuentra desprotegidas, el quiebre de empresas, generando más desempleo y la socialización de las perdidas privadas.

Por lo tanto, la demanda que se genera por los individuos con poder adquisitivo bajo o nulo (Ninja) impulsada por los créditos y la demanda de productos financieros regulados únicamente por el hambre de ganancia no será benéfica para ningún país y solo afectara a las economías generando distorsiones en los mercados y perdidas privadas que habrá que socializar y una vez más la humanidad completa se afecta por los interés de unos cuantos hambrientos de ganancias fáciles.


sábado, 27 de agosto de 2011

Los créditos NINJA: asesinos silenciosos en la economía

por Amauri Gil

“Las leyendas y mitología de los ninjas narran sucesos de derrumbe de grandes imperios, esta vez, más allá de una ficción, la problemática existente detrás de un simple juego de siglas en inglés, han marcado la pauta para la decadencia de un imperio, y no cualquiera, sino el más grande, el de los Estados Unidos de América.”    

               
La palabra Ninja describe a un guerrero japonés de la edad media, el cual se caracterizó por sus técnicas no convencionales de combate y por generar una gran cantidad de leyendas en torno a su persona, en cierto modo, no es difícil observar que para la problemática de la crisis que se vislumbraba para el 2007, la palabra NINJA no solo sería un conjunto de siglas para No Income No Job Application (sin ingreso y sin solicitud de trabajo), sino también la formulación de una estrategia que buscaba una funcionalidad alterna a lo habitual en el manejo del sistema financiero y que al experimentar en la realidad, resultó por debajo de cualquier situación optimista posible, si en algo se puede estar de acuerdo sin lugar a dudas, tanto en las leyendas de los guerreros como en las consecuencias de estos créditos, es el que han generado una decadencia clara en los imperios.
Entonces, ¿Cómo fue que sucedió esto? todo fue debido a los bajos márgenes de ganancia que obtenían los bancos comerciales consecuencia de las bajas tasas de interés existentes en los mercados internacionales, de tal forma que los préstamos otorgados como los depósitos recibidos, no permitían una dinamización que ampliara sus ganancias, ante esto y de manera paralela, una situación que se estaba presentando, era que el precio real en las viviendas, después de los 10 años, se incrementaba el doble del precio inicial.
Este escenario era claramente una ventana abierta para los bancos, dado el entorno económico que se vivía en los Estados Unidos permitía que el nivel de ocupación se incrementara (aunque solo fuera de manera eventual).
De esta manera se decide otorgar préstamos que implicaban un mayor riesgo (Subprime) pero los cuales consentían el cobro de mayores tasas de interés e incrementar el número de operaciones.

Es aquí donde los clientes denominados NINJA entran al juego, dado que eran el medio que permitiría el funcionamiento de su estrategia expansiva, estos a su vez no solo aprovecharon la posibilidad de adquirir una residencia, sino hasta un automóvil o las vacaciones soñadas, dado que las hipotecas eran por un valor mayor al de la vivienda, esto a los prestamistas les fue de poca importancia, ya que en caso de que el cliente no cubriera sus cuotas, la residencia sería recuperada.
Todo el funcionamiento de este sistema se encontraba basado en que los clientes NINJA pagarían sus hipotecas y el mercado inmobiliario seguiría incrementándose, de tal manera que se creía en la existencia de una estabilidad económica de largo plazo, y que a estas alturas ya debía entenderse como ilusoria, todo esto se vio reflejado para principios del 2007 cuando el mercado inmobiliario se desplomó y los clientes dejaron de pagar una mayor cantidad que lo que en ese momento valía su residencia, optando por la pérdida de la vivienda, pero permitiéndose la adquisición de una similar a un precio menor.
Es así como se puede apreciar a un nivel interno de la economía americana las primeras causas de lo que se reflejaría después como una de las crisis más agudas a nivel mundial.