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domingo, 11 de septiembre de 2011

¡Es culpa mía, culpa mía personal, si el mundo va mal!

Mucho se ha hablado sobre los orígenes de la crisis financiera de 2008, así como de su desenvolvimiento y sus consecuencias, pero ¿se le puede imputar a alguien dicho mal mundial?

Por Rafael Martínez Hernández 

Como es sabido, la gran crisis  que ahora nos aqueja tuvo sus orígenes en el sector inmobiliario, con las hipotecas subprime en los Estados Unidos cuando miles de familias se vieron imposibilitadas de pagar sus deudas, afectando severamente al sistema financiero estadounidense para ulteriormente contagiar al resto del mundo. Y como en toda crisis, es común buscar culpables y recriminar sus actos.

Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, es considerado por muchos como el principal responsable de este desastre económico al haber mantenido tasas de interés demasiado bajas entre 2001 y 2005, desincentivando la inversión en algunos rubros y así favoreciendo el desarrollo de una burbuja especulativa de activos concentrados en bienes inmuebles. Se creía que tanto deudores como acreedores actuaban de manera racional en los mercados financieros y que esto permitía a ambas partes evaluar los riesgos que pudieran surgir. Dicho supuesto de racionalidad y equilibrio se fundamentó en la convicción de Greenspan, y en general de Washington,  en el libre juego de las fuerzas del mercado, esto es, el ajuste de la oferta y de la demanda dado por la flexibilidad de los precios de los créditos, mismos que por cierto se expandían y llegaban a manos de quienes no debían llegar; los grandes bancos de inversión así como las instituciones prestamistas no parecían actuar de manera prudente, dado que se las ingeniaron para propagar cada vez más crédito aún si esto implicaba incrementar el riesgo. Este último surgió al emitirse hipotecas sin pedir ni siquiera un pago inicial por parte de quienes recibirían el préstamo, tampoco pedían pruebas de ingresos, ni ningún otro documento. En pocas palabras, había dinero gratis para cualquier NINJA que lo pidiera. Peor aún, se habla de ejecuciones hipotecarias ilegales por parte de los grandes bancos a través de las denominadas robo-firmas[1]. Según documentos recientes de Wikileaks, ‘un empleado de Bank of America, despedido en febrero de 2010, dijo que firmó hasta 8.000 documentos de ejecución hipotecaria en un mes sin ninguna revisión, en clara violación de la ley’.


Bajo este contexto, la regulación estatal, que no había tenido una presencia relevante, entró a la escena del desastre financiero para rescatar de la quiebra a los grandes bancos americanos y así evitar una desgracia mayor. La administración de George W. Bush y posteriormente la de Barack H.  Obama, con Ben Bernanke a la cabeza de la FED, hicieron la imponente inyección de 700 mmdd a través del TARP[2] para subsanar a los moribundos Bank of America, General Motors, Goldman Sachs, Citigroup, entre otros.

En un comienzo, Alan Greenspan había aceptado la culpa diciendo que ‘no se calculó bien el riesgo’. Poco después se retractó diciendo que la culpa recaía sobre las naciones emergentes como China. El argumento de corte keynesiano dice que al inicio del S. XXI hubo un exceso de ahorro global en la economía mundial, procedente sobre todo de China. Se supone que el ahorro era tanto, que los inversionistas no sabían qué hacer con él, lo que condujo a la caída de las tasas de interés que les permitiera obtener ganancias aceptables aún sabiendo que asumirían  un riesgo creciente (como el de las hipotecas subprime) que desencadenaría los problemas económicos actuales. Este argumento no convence a los especialistas y para algunos deja en claro que el hecho de que EUA culpe a las naciones emergentes de sus problemas, sólo refleja la incapacidad del gobierno de hacer frente a su responsabilidad y realizar las regulaciones pertinentes.


Sean culpables las instituciones financieras, Alan Greenspan, el gobierno americano, China, los NINJA o la teoría económica, lo cierto es que la avidez por tener cada vez más da como resultado problemas de desempleo, un consumo limitado, deudas crecientes y deficiencia de los servicios públicos que sólo generan descontento social y nuevas crisis, ahora sociales, políticas y culturales. La avaricia forma parte de la naturaleza del sistema capitalista, que se encuentra lleno de contradicciones. El corazón del mundo, EUA, está cesando de latir, lo que arroja un vaticinio de que lo peor está por llegar, y surge hoy más que nunca la necesidad de plantearse una alternativa a la realidad actual que pide a gritos un cambio radical. En palabras de León Bendesky, ahora la búsqueda de salvamento individual genera el malestar colectivo,  ¡y vaya malestar que ha generado!





[1] La firma mecanizada de órdenes de ejecución de hipotecas, es decir, sin ninguna revisión previa.
[2] Troubled Asset Relief Program o Programa de Alivio para Activos en Problemas.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La crisis no espanta a los migrantes

por Carlos Ávila


Los datos de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (EMIF NORTE) no muestran ninguna evidencia de un retorno masivo de migrantes.

Razones para que no haya un retorno masivo de migrantes:

·         Una gran porción de los inmigrantes mexicanos están plenamente integrados a Estados Unidos.
·         El reforzamiento de la vigilancia fronteriza y el incremento de las redadas elevan los costos de volver a México
·         Las políticas adoptadas por Estados Unidos provocan importantes cambios en la demanda de trabajo

Desde el 2006 la economía estadounidense ah experimentado una desaceleración sobre todo en el sector de la construcción donde se emplea gran cantidad de latinos inmigrantes, por lo cual se especulo sobre un posible “retorno masivo “de los connacionales a sus lugares de origen o a ciudades fronterizas en el norte de México.

La crisis financiera estadounidense ha repercutido en un incremento en desempleo, caída de los ingresos de los hogares de inmigrantes, y un creciente porcentaje de latinos que perciben un deterioro en sus condiciones de vida. La migración mexicana indocumentada empezó a mostrar una desaceleración de las remesas, también inició una tendencia descendente que parecería revertirse debido a la depreciación del peso mexicano.

Antecedentes:
En septiembre de 2008 se anunció que varias instituciones financieras estadounidenses habían quedado en bancarrota y que otras estarían en peligro de cerrar, lo que incrementó en México un temor generalizado sobre el retorno inminente de miles de migrantes que se verían obligados a salir de Estados Unidos por quedarse sin empleo o ser deportados. Entre los primeros anuncios está el del 7 de septiembre, cuando el gobierno federal estadounidense aseguró en Washington que tomaría el control de dos de las más grandes compañías de financiamiento hipotecario: Fannie Mae y Freddie Mac. Otro evento clave se presentó el 15 de septiembre en la ciudad de Nueva York, cuando Lehman Brothers, el más antiguo banco de inversión en Norteamérica, se declaró en quiebra, fortaleciendo la percepción de que existía una crisis financiera y económica originada en Estados Unidos con un impacto global. La quiebra de este banco, fundado por inmigrantes alemanes en 1850, sin duda aumentó en México las expectativas sobre un posible retorno masivo de los connacionales que se encontraban residiendo en Estados Unidos.


FLUJO DE MIGRANTES PROCEDENTES DE ESTADOS UNIDOS



El retorno a México no es probable para la mayor parte de las familias mexicanas inmigrantes que tienen estatus migratorio mixto, en las que se dan combinaciones de ciudadanos de Estados Unidos, residentes permanentes e indocumentados. Para estas familias como para las familias estadounidenses no habrá más remedio que afrontar la crisis financiera y económica en Estados Unidos o cambiar de industria y de desplazarse a lugares donde la crisis no sea tan grave y tengan acceso a redes sociales. De cualquier manera, para ellos la opción de conservar o buscar un empleo en Estados Unidos será mejor que conseguir uno en México.

BIBLIOGRAFIA:

jueves, 1 de septiembre de 2011

Culpables: ¡los ninja!

Causas de la crisis inmobiliaria del 2007 en EUA  y el resto del mundo

por Lizeth Villegas Vargas

Hace algunos años nadie se imaginaba que el gran EUA, “maestro y consejero” del resto del mundo, pudiese entrar en una crisis. Pero; oh gran sorpresa: en el 2008 el gobierno estadounidense  acepta que nos encontramos en una crisis mundial, que inició desde Agosto del 2007; la raíz de esta crisis  fue principalmente la expansión artificial del crédito.
Pero en el resto del mundo ya se habían observado otros factores  como: los altos precios de las materias primas, la sobrevalorización del producto, una crisis alimentaria mundial y energética, una elevada inflación  y la amenaza de una recesión en todo el mundo (que generó desconfianza en los mercados internacionales), pero aun con todo esto, era imposible aceptar que EUA estuviera en recesión.

El desenlace de esto, fue que en EUA  durante años, los tipos de interés habían sido realmente bajos, y el mercado para los Bancos se hacía más pequeño, entonces para expandir su cartera de clientes se otorgaron créditos  hipotecarios con alto riesgo,  los llamados  subprime, a los cuales se podrían cobrar mayores interés. Y con clientes denominados “ninja” ( no income, no job, no assets)personas sin trabajo, sin ingresos, sin propiedades y pocas posibilidades de pago.
Pero al principio esto no era una preocupación  ya que se estaba aprovechando  el boom inmobiliario que había en el mercado norteamericano, y al conceder  créditos hipotecarios por un valor superior al de la casa que compraban, porque con el citado boom, en poco tiempo esa casa valdría más que la cantidad del préstamo; y pues, así todo el mundo saldría ganando.
Se pensaba que como la economía iba muy bien el “ninja” podría encontrar un trabajo, aunque fuese eventual y pagar la deuda sin problemas; de hecho al cobrar estas hipotecas la gente aprovechaba para comprar un auto, salir de vacaciones con su  familia, y aun con esto se podía pagar la deuda. Pero a pesar de que todo esto se escucha de maravilla llegó un punto en que los créditos otorgados fueron demasiados y el propio sistema ya no podía sostener estos malos créditos, la gente empezó a dejar de pagar sus deudas; y el gran problema salió a la luz.
Pero ¿cómo se logró mantener este problema durante tanto tiempo?, ¿cómo lograron los bancos ocultar o disfrazar sus actividades?. Pues, es un hecho que  se disfrazó este problema pensando en que la economía seguiría creciendo y aun los “ninja” podrían pagar. Supuestamente todo estaba a la luz, y estos créditos se empezaron a vender en “paquetes” donde se compraban créditos tanto buenos y malos.

En sí, se buscaban aumentar las ganancias y por esto se incrementó el número de operaciones, se consiguió más capital pidiendo prestando a los mercados internacionales. Para cumplir con las Normas de Basilea se emite titulación hipotecaria, venden “paquetes” de hipotecas.
Para venderlos rápidamente y limpiar así el balance de la entidad se crean unas entidades filiales de los mismos bancos llamados conduits, que son fondos que a su vez compran esas titulaciones.

Los conduits se financian con créditos de otros bancos y para vender sus participaciones diversifican el riesgo de sus titulaciones para conseguir mejor rating. En sus carteras estructuran las hipotecas para que no todas sean subprime y así conseguir ratings más elevados para poder venderlos mejor.

Pareciera que todo el mundo y en especial las hipotecarias pensaban que los “ninja” salvarían sus ganancias y que pagarían, pero como todo exceso tiene consecuencias, vemos como la confianza puesta en los “ninja” por parte de las hipotecarias, nos condujó a la crisis. Sin olvidar que las ganancias individuales en el mundo real siempre se ponen por encima del bienestar social.

Crisis inmobiliaria, causas y consecuencias

por Hernán Hernández Sánchez


Nuestro país sin duda alguna ha sido alcanzado por diversos periodos de estancamiento y retroceso económico, sobre todo en las últimas décadas, generaciones enteras hemos nacido y crecido en un país con una crisis cuasi permanente, vivimos en un momento en el que un nuevo milagro mexicano parece inalcanzable, por un lado por el atraso existente y persistente en la innovación y el desarrollo de las actividades productivas, por otro lado la falta de lineamientos que regulen las instituciones bancarias y las impulsen a ejercer su papel como medios de financiamiento para sostener al menos los medios productivos.

Sin duda la crisis más profunda y como consecuencia la más recordada fue la crisis vivida en la primera mitad de la década de los noventa, crisis ocasionada por las malas decisiones en políticas económicas que llevaron a una fuga de capitales excesiva. Pasado ese fenómeno se establecieron medidas de prevención a una nueva crisis ocasionada directamente por el mal manejo de la economía; sin embargo, con el crecimiento del fenómeno denominado Globalización, ya  no basta con estar al pendiente de no cometer errores en el manojo de la economía de un país, sino estar preparado para responder a las consecuencias que pueda traer una caída en el crecimiento económico de los demás países, especialmente si se tienen intercambios comerciales con ellos.
Lo anterior nos lleva a la crisis vivida en el 2008 en todo el mundo, originado por la caída del sector inmobiliario. Dicha caída solo pudo ser posible gracias a la falta de precaución por parte de los bancos de inversión, quienes implementaron obligaciones colaterizadas de deuda lo cual se transfiere gran parte del riesgo a los ahorradores, por otro lado se busco otro tipo de protección a través de la venta de seguros conocidos como Credit Deficit; sin embargo con la ruptura de la burbuja de precios de bienes inmuebles, los derivados hipotecarios y los seguros cayeron drásticamente, el financiamiento se ve comprometido y las instituciones bancarias deben vender activos a precios cada vez más bajos, se restringen los créditos otorgados y contagia a los demás sectores.
El sector financiero ha alcanzado a la fecha un peso enorme en la economía de cualquier país, y la especulación que se da en dicho sector mantiene al aire la suerte que depara a las economías mundiales en un plazo cada vez menor.
Después de conocer la causa de la crisis inmobiliaria surge la pregunta, ¿cómo la caída de los precios de los bienes inmuebles afecta la estructura económica de nuestro país? Primero debemos establecer que la estructura con la que cuenta México no es solida existen diversas variables que afectan el desarrollo de la productividad como se menciono al comienzo de este escrito, la banca comercial nacional dedica casi la totalidad de sus préstamos al consumo dejando de lado la financiación de la producción; obligando a empresas de gran tamaño a buscar financiamiento en el extranjero, llevando a la deuda externa privada a representar el 70% de la deuda total del país. Este proceso sumado a la creciente cantidad de adeudos vencidos en los préstamos al consumo ha llevado a desarrollar un sistema financiero nacional incompetente y endeble ante la crisis financiera del primer mundo amorillándolo a sucumbir ante la crisis iniciada en mercados ajenos al nacional.